La Salle: Zaragoza 2009

. Foto por Rosa Digital.

Ana ayer andaba un poco perezosa con el tema de escribir, así que no me resisto más y voy a ir adelantando cosillas. Aunque me gustaría que plasmara ella sus sensaciones cuando se encuentre con ánimos :P. Y es que, ¡ya se ha estrenado! Bueno, y de qué forma, todo hay que decirlo...

Salimos el viernes por la tarde camino a Zaragoza en el AVE, donde disfrutamos de una cena ligerita de ensalada y pescado. Película de serie K (de KK) para amenizar el trayecto, como viene siendo habitual en estos casos... Una hora y veinte minutos después nos bajábamos en la estación de Delicias, donde mis padres nos esperaban. ¡Qué ilusión! Hacía bastante tiempo que no íbamos por Zaragoza, así que teníamos muchas ganas de verles. Hemos pasado un fin de semana muyyyy a gustito, poniéndonos morados como sólo puede hacerse en casa de una madre, jajaja. Bueno, en el caso de Ana, en casa de sus suegros... :). El sábado día de relax, por la mañana paseito al centro para tomar el aire y curiosear el ambiente de la ciudad, que además coincidia con fiestas locales. Por la tarde, fuimos en bus hasta el colegio La Salle Montemolín para la recogida de chips, donde ya se percibe ambientillo de carrera. Mucha gente y muchos dorsales (hasta 900 y pico) en las mesas esperando.

Al llegar, truco de alto nivel por parte de mi padre que punctura a Ana para relajar, dormir bien y rendir mejor aún. Por la noche, el que ya se está convirtiendo en el tradicional plato de pasta fresca a la carbonara que Ana prepara con gusto exquisito, y que para tiradas largas, ocasiones familiares o carreras populares, vale lo mismo, jajaja. Delicioso. Prontito, rondando las 23'30 nos vamos retirando en busca de un sueño reparador, aunque algo movidito por los nervios.

A la mañana siguiente, madrugón a las 7'00 de la mañana para intentar desayunar con tiempo y no tener la comida en la boca durante la carrera. Tazón de leche con galletas de los que quitan el hipo, un yogurt, plátano y poco más. Contundente y al mismo tiempo nada pesado. Antes de ponernos las mallas nos asomamos al balcón unas cuantas veces, ha amanecido encapotado y durante la noche ha estado lloviendo y no sabemos muy bien qué ponernos... Al final, dos camisetas y malla corta previendo una mejoría durante la mañana (o eso queríamos). Salimos para allá con mochila en ristre y cámara de fotos al hombro, dispuestos a disfrutar del estreno de Ana. Ya allí (casi una hora antes), nos paseamos por la zona curioseando la organización.

Aunque no tenemos mucha experiencia en ésto, hay que reconocer que toda la carrera estuvo muy bien organizada. Salieron los "peques" media hora antes que nosotros y en 12 minutos el primero volaba a la meta... Juventud, divino tesoro. Terminamos de calentar y Rosa nos llama la atención sobre dos señores maduritos que andan por allí trotando arriba y abajo:

-¡Id con ellos, que seguro que llegan!- Nos decía. Y no sabe cuánta razón tenía... :)

Terminamos de calentar y a 5 minutillos del pistoletazo nos quitamos la ropa. Ángel carga con la mochila mientras nos colocamos al final... El tiempo pasa volando, y de pronto ¡PAM! A volar. ¿Cómo? Pues eso, que a volar... ¡Coño! ¿Pero dónde va todo el mundo? ¿Hay fuego? ¿Regalan chupachups?

De pronto todo el mundo sale escopetado rodando el grueso del pelotón a 5'-5'30"... ¿Éstos maños que desayunan?
-Pues nada, le digo a Ana, tú tranquila y a tu ritmo...- Ana me mira como diciendo a lo Obélix: "Están locos, estos mañicos...".

Empezamos bien a ritmo de 7', y enseguida nos dejamos "tirar" por la gente que va muyyyy por delante y apretamos hasta 6', 6'15", y además con la putadita de no tener referencias de kilómetros (al menos yo no los ví marcados) hasta el 5, que me acordaba de memoria por el mapa de la carrera. Sobre el 2'500k -aproximadamente, ya digo-, veo a Ana como un pimientillo morrón, coloradilla como ella sola y resoplando... Vamos con la dichosa ambulancia detrás (sí, sí, cerramos la carrera) y la quema escuchar el ruido del motor reteniéndose cada dos por tres. Nos tienta darnos la vuelta y mandar a la ambulancia a paseo, o por lo menos unos metros más atrás... De pronto sucede lo inesperado:

-Dani, no puedo más...

-¿Cómo?

-Que no puedo más, voy agotada.
-Pero qué.. !!! &&)(·$?==?=$!/·$?!!!! [...] ()(··&&!"&/$ ... Así que a correr, ¡coño!- más o menos fueron mis palabras... 30 segundos de los que nunca se sabrá más-. :P

Me reconforta decir que a partir de ese momento Ana cambió el chip y realmente disfrutó de la carrera... Afortunadamente, o eso o se divorcia, jajaja. El destino hace que Jesús (nuestro veterano de 80 años!!!) y Diego se descuelgan del pelotón sobre el 3'5k rodando a un ritmo cómodo de 6'30-6'40. Insisto a Ana para que apriete un poquito y nos juntemos y ¡voila! De pronto el mal rollo se termina, empiezo a charlar con nuestro amigo, preguntándole por su edad y sus experiencias. Ana empieza a compartir la conversación y se atisba la primera sonrisa... (Ufff)

A partir de ahí todo va a mejor, se ve que eso de compartir el "cerrojo" de la carrera entre 4 es más llevadero y nos mantenemos junto a nuestros nuevos compañeros durante buena parte de la carrera. Todos los voluntarios y un montón de gente por las calles animando constantemente hicieron el resto. El recorrido, bastante llanito (aunque siempre en subida durante los primeros 6k) es agradable, y nuestro amigo Jesús nos va dando las "instrucciones" y los avisos pertinentes en cada momento.

Llegamos a la parte dura, avituallamiento de agua (a mansalva) en el 5, ¡que gente más maja! Y a por ello: una cuesta de casi 700 metros desde el 5'400 hasta entrar al 6. Empieza con 30 metritos al 5%, 50 ó 60 al 4% y el resto al 3%. Larga como la madre que la parió... Jesús nos dice (mientras empieza a subir a buen ritmo) que a lo lejos ve su casa, se quita el pañuelo de la cabeza ¡y se pone a darle vueltas! :P Es un crack. Al tran-trán y poquito a poquito la cuesta va cayendo... Sólo le recuerdo a Ana los 3 kilómetros y pico que tiene de cuesta abajo, para disfrutar y recuperar. Por fín coronamos y comenzamos a bajar, y vaya si se nota. Jesús y Diego recuperan fuerzas y empiezan a tirar de nosotros. ¡Bien, bien! Ana se deja y ella solita se embala... Sobre el kilómetro 7 la noto con fuerzas y empieza a tirar. Nos despegamos de nuestros compañeros de fatigas, enfilados hacia la meta.

En el kilómetro 9 empieza a resoplar, debe ser lo normal, ya ve la meta cerca y se le hacen 1200 metros largos. A 500 metros un repecho de 30 metros la pone a prueba, cojo su mano y tiro de ella ¡vamos guapa, que está hecho! A partir de ahí no respiraba, cogía aire y al echarlo se oia: "ay", coje aire, "ay", coje aire, "ay"... Al fondo vemos ya a mi padre aplaudiendo, mochila al hombro, por megafonía nos animan: "¡Vamos que tenéis toda la calle para vosotros!". Ana no ve el final, pero escucha a todo el mundo aplaudiendo y animando los últimos 100 metros. Entramos en el colegio y se ve el arco de meta. Los niños se agolpan en las bandas laterales sacando las manos y le digo a Ana que se las choque.

Jesús a la izquierda, y sí, Diego tiene un piti encendido... xD

¡Qué emoción! Casi se me saltan las lágrimas, entra en meta y nos abrazamos. ¡Ya está hecho! Al poco entran Jesús y Diego, y enseguida nos felicitamos por la carrera tan chula que nos hemos marcado. Fotos y más fotos... ¡Que bien! Aparecen mis padres y repartimos besos mientras recogemos la bolsa de corredor (muy bien surtida, por cierto) y entregamos los chips.

Si todas las carreras fueran así, las cerraría con gusto sin dudarlo.

Álbum de fotos, por Rosa María Terrados.

P.D: Al final fueron 10'200 en 1:09:01. ¡Felicidades!