De culo y contra el viento

A raíz de los resultados de la última encuesta, pasaré los datos a los organizadores del MAPOMA para que tengan en cuenta la nueva modalidad de pago. Fijo que más de uno/a se apuntaba al pago en especies, juasjuas. Para todas las encantadoras féminas que deseen realizar cualquier donativo a este blog, contacten conmigo xD... Para la siguiente encuesta aprovecharé -con el permiso de nuestra compañera del Foro de NovatO8, Duartenova- un tema que propuso hace poco, y que es interesante: ¿correr sólo o acompañado?

Bueno, que me voy por los cerros de Úbeda, me centro ya: después de una salida más que trotona el martes, para desengrasar, tocaba desgastar zapatilla ayer. Sin embargo el día no acompañaba en absoluto: muchísimo viento y lluvias intermitentes descargadas por unos nubarrones que aparecían y desaparecían a una velocidad pasmosa. Bastante frío, o mejor dicho, bastante aire frío.

Llamo a Ana sobre las 14'00 e intento confirmar con ella si le va a apetercer salir por la tarde a correr... Más que nada por no esperar a que llegue y después quedarnos en casa vencidos por la pereza. Me dice que no, que con el día que llevamos no le hace gracia enfundarse las mallas, así que replanteo la tarde y me propongo calzarme las zapatillas antes de que caiga el sol -con la poquita luz que quedaba entre tanta nube-.

Para no arriesgarme a salir por el monte de al lado de casa y se me hiciera de noche (tenía idea de hacer al menos 7-8 km), me cambio nada más llegar del trabajo y cojo el coche hasta la vía verde de Arganda-Morata. No me gusta correr tanto sobre asfalto-cemento, pero no me queda más remedio... Más o menos calculo entre 45-55 minutos, dependiendo de lo perrete que me encuentre, y ya de paso recojo a Ana cuando llegue en el autobús. La verdad es que el tiempo no acompaña nada de nada, es salir del coche y se me ponen los pelos como si acabara de meter los dedos en un enchufe. Me pinzo el iPod en las mallas, me coloco los cascos y me enfundo el gorro. En principio no hacía frío para llevarlo, pero me molesta mucho el pelo en la cara mientras corro (como a cualquiera, imagino...). Francamente, a medio camino agradecí habérmelo llevado.

Primera putadita: arranco a correr después de unos estiramientos concienzudos y empieza a llover. Aggh, una mardita nube negra como el culo de un grillo (pero no muy grande) está justo encima mío, ¿ahora se quita el aire?

Segunda putadita: de pronto vuelve a aparecer un pequeño huracán y no puedo avanzar nada, se me caen los cascos del iPod y voy dando traspiés mientras intento recomponerme. Como no quiero dejar de correr (sólo llevo 150 metros, pero soy así de chulo) pues sigo intentando dar algún paso a contraviento y para colmo volviendo a ponerme los cascos por debajo del gorro: un cuadro...

Tercera putadita: al meter la mano debajo del gorro noto la zona que suele ir en la frente a un lado... ¿Seré capullo? ¿También me he puesto el gorro de lado? Pues hala, si no había sido suficiente ver a un pirao en mitad de la tormenta, corriendo de lao y colocándose unos cascos, ahora también doy el espectáculo tratando de colocarme el gorro con un viento de tres pares y los pelos al mejor estilo punk...

Bueno, parece que está todo en orden... Pues hala, a correr, pero eso sí, jadeando como un perro. ¡Pero si sólo llevo 300 metros! Ea, toca resoplar. Poco a poco la cosa se estabiliza y puedo encontrar un ritmillo cómodo que intuyo cercano a 6'/km. El viento está juguetón y durante el recorrido tengo rachas de frente y de culo, así que o corro mucho (cuando da de culo) o corro poco (o nada, cuando da de frente).

Cuarta putadita: me ha pegado un flato en el kilómetro 3, que se ha agarrado al homóplato izquierdo y no había forma de aliviar. Cada vez que braceaba lo más mínimo tenía unos dolores de flipar (y claro, uno ya se emparanoia y piensa que le está dando un flus...). Después de poner a caldo a todo el monte con sus piedras -y casi 1km después de hacer "estiramientos" mientras no dejo de correr, juas!- va remitiendo. De ahí al 8, "tó de frente". A pesar de lo incómodo de la tarde he terminado muy contento.

En definitiva (que me enrollo), es el segundo día que bajo de 6, pero esta vez ha sido conscientemente, y controlando por el reloj que iba rondando los 6'/km o menos. Y además sin un gran esfuerzo. 8 kilometrillos que me han sabido a gloria, en 46'19", a 5'48"/km y sin apenas acusar el cansancio de lo 10 del domingo.

Genial.