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miércoles, 11 de marzo de 2009

Corazón, corazón...

.Acuarela de JJFernández.

Desde hace muchos años intento que Ana ponga interés sobre un tema serio, y que creo imprescindible en la sociedad y circunstancias en las que nos movemos hoy en día. Y me refiero a una cosa tan tonta como saber llevar a cabo una reanimación cardiorespiratoria… Ella siempre dice que no quiere ni pensar en tener que utilizarla nunca, pero creo que debería existir en el primer cajón de nuestro escritorio mental. Siempre a mano y con las ideas muy claritas.

La semana pasada estuvimos en el cardiólogo; tan solo una visita para preparar una revisión completa, ergometría (prueba de esfuerzo) incluida. Ya tenemos ciertas edades en las que es mejor prevenir que curar. Además, se le da mayor importancia y repercusión informativa al relativamente alto número de muertes súbitas y por infartos. Todo ello agravado por la circunstancia de que se produzcan también, en un porcentaje importante, en una población que realiza actividades físicas habitualmente.

Por el deporte que realizamos, nos habremos encontrado en mayor o menos medida con situaciones apuradas: lipotimias, deshidrataciones, desmayos, mareos… En definitiva, lo que resumimos en “pájaras”. Si hemos sido afortunados, no habrá pasado de un simple susto, pero no está de más que todo el mundo “juegue” a practicar una reanimación y recordar dos o tres pautas sencillas y rápidas que salvarán vidas. Y es que, repito: salvan vidas.

Si tenemos a gente joven a nuestro cargo, sean hijos o no, hagamos de esta práctica algo cotidiano y que cale hondo entre los chavales, pues nunca se sabe cuándo podrán ayudar (o ser ayudados).

Como no soy médico, ni quiero meterme en camisas de once varas (porque probablemente metería la pata hasta el fondo), dejaré dos o tres puntos que tengo en mente y os pongo un par de enlaces para que os informéis a fondo, si es que os pica la curiosidad. Por lo pronto, si ves que alguien se desmaya o cae cerca tuya, por favor, no le dejes estamparse contra el suelo… Ni te apartes como si fuera una olla de aceite hirviendo.

Lo más importante: llama a emergencias [112], no nos las demos de marisabidillos y la pifiemos pero bien. Si la asistencia médica nos puede dar algunas instrucciones por teléfono para ir ayudando, mejor que mejor. Por supuesto, ni qué decir tiene, que todo lo que aquí digo está sujeto a los comentarios/correcciones de todos aquellos que tengáis conocimientos profundos sobre el tema, o queráis aportar nuevas cosas…

Cuando la persona ha perdido el conocimiento, comprueba las dos cosas que hacen que continúe viviendo: pulso y respiración. Pon la mano en su boca para ver si sale aire, y los dedos en el cuello para notar su pulso (en la muñeca es muy complicado notarlo). Vale, ya estamos informados, al menos de forma básica, para proceder de una forma u otra:

-Si no respira, pero tiene pulso, puede que tenga algo obstruyendo los conductos respiratorios. Comprueba que su lengua no impide la respiración o tiene algún objeto. Si conseguimos que vuelva a respirar, lo pondremos en la postura de cúbito lateral (uséase, de lado), o al menos le giraremos la cabeza para que pueda respirar bien.

-Si no tiene pulso, debemos realizar las funciones de su corazón, así que toca “bombear” sangre a su cerebro mientras llegan los servicios de emergencias. De 4 a 6 minutos tarda el cerebro en recibir daños a causa de la falta de oxígeno, así que nos pondremos manos a la obra rápidamente.

Cómo realizar una reanimación:

1.Primero colocaremos a nuestro amigo/a boca arriba, con el cuello extendido para que el aire entre adecuadamente.

2.Recordad una regla nemotécnica sencilla: 1-5 ó 2-15. Esto es, una insuflación de aire por cada 5 masajes cardíacos, o 2 insuflaciones cada 15 masajes. ¿Porqué hay dos ritmos distintos? Pues porque si estás solo es más sencillo mantener el ritmo 2-15 que andar cambiando tu postura continuamente. Si estáis dos, sin duda realizad la maniobra en 1-5. Revisando todo esto me he dado cuenta de que estaba convencido de que eran 3-15, en lugar de 2-15…

3.Insulfación: se extiende la cabeza hacia atrás taponando la nariz y abriendo la boca. Se toma aire profundamente y se sopla en la boca de la persona a reanimar. Debe de ser profunda para que los pulmones se llenen de aire. Si tiene sangre en la boca o la persona no es muy higiénica, siempre podemos acudir a un pañuelo o un film transparente y hacerle un agujero. De esta forma evitamos posibles riesgos...

4.Masaje cardíaco: Se realizará aproximadamente dos dedos por encima del hueso que sobresale del extremo inferior del esternón, zona donde se unen las costillas. Se coloca el talón de una mano y la otra encima entrelazando los dedos. Comprimid el pecho con energía, sin miedo, porque necesitamos que baje 2-3 centímetros. Romper costillas es más difícil de lo que parece… Importante: brazos completamente extendidos (imaginaos 15 minutos de masaje cardíaco utilizando nuestros tríceps como principal músculo activo… agggh), es el peso del cuerpo el que proporciona el impulso.

5.Cada 4 “series” de 15 repeticiones, es decir, cada minuto aproximadamente, comprobaremos el pulso por si el “paciente” ha recuperado respiración y/o latido.

Bueno… y a partir de ahí, paciencia y constancia.
Ojala no tengamos que ponerlo en práctica nunca.

Un abrazo.
P.D: Os dejo los enlaces. Es muy interesante, desde mi punto de vista, la reanimación a los bebés... Echadle un vistacillo.

.Wikipedia

1 comentario:

  1. Interesantísima entrada que ojalá nunca tengamos que poner en práctica pero que deberíamos dominar para situaciones extremas.

    Muy bueno.

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