Un domingo genial

. Frutos rojos caramelizados. Foto por Ana.

Pues sí, ayer pudimos disfrutar de un agradable domingo en compañía de Rafa & Family, en Soto del Real. A una semana vista de la carrera de Zaragoza, nos invitaron a pasar un día por la sierra y aprovechar a hacer la última tirada larga a casi 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar... Una oferta que se las prometía interesante, sobre todo porque después iríamos a reponer fuerzas al restaurante de D. Vito, un italiano con las mejores pizzas que hayamos probado.

Rafa había preparado condescendientemente, un recorrido que variaba entre 7.200 y 8.700, dependiendo de las "ganas" que tuviera Ana de correr. Pero claro, ¿cómo iba ella a hacer 7.200 pudiendo batir récord y encima yendo de visita? Pues hale... 8.700 metros como una campeona. La cosa es que empezó bien, demasiado bien... Tirando como una jabata durante 2 kilómetros largos de cuestas que pagó con una pequeña sobrecarga del tibial anterior. Parada técnica, estiramiento de rigor y ¡voilá! en 30 segundos ya estaba pidiendo guerra. Rafa, muy inteligentemente, la animaba cantándole las cuestas abajo que iba a hacer en cuanto llegáramos arriba, a lo que respondía a carcajadas -imagino que cagándose (con perdón) en las cuestas que aún le quedaban por subir-.

Pero al fín llegamos arriba (y me corregirás Rafa si me equivoco) pasado el 3000.

-¡A partir de aquí todo para abajo, Ana! Y si miento, ¡me das una colleja!- le perjuraba Rafa a una Ana coloradilla.

Pues efectivamente, a partir de ahí fue todo bajada. Ana no sólo se dejó llevar, sino que empezó a llevarnos a un ritmo más que interesante (por debajo de 6 estimó Rafa), compensando los kilómetros de subida. Recupera resuello y se la nota animada porque empieza a hablar y a comentar la jugada con nosotros. Hasta entonces sólo había estado de oyente/ausente...

Por fín enfilamos el embalse de Soto al fondo, una preciosa vista que coronan las torres de Plaza de Castilla en el horizonte. El día, como nos viene mal acostumbrando desde hace poco, estuvo completamente despejado y con una temperatura primaveral. Así que nos dejamos embelesar por el paisaje y continuamos el descenso a todo trapo sin parar de darle a la sinhueso.

Por fin, final del camino de tierra y último 1500 sobre asfalto hasta casa. Ana quiere mantener el ritmo, pero se nota que en asfalto se tira más y se cansa uno antes... Así que se modera. Ya llegando, a falta de 400 metros dice que no puede.

-¡Vamos Ana que esto está hecho!- Dice Rafa.

-¡Ánimo guapa, eres una campeona- La animo yo.

Y ella se sonríe y se resigna, baja la cabeza y aprieta otro poquito. Los últimos 100 metros los hacemos ya de cachondeo...

-¡Campeona!, ¡Ole!, ¡Viva!

Llegamos a la puerta de la casa y nos achuchamos los tres riéndonos y abrazándonos. Muy bien por Ana, a pesar de haberlo pasado mal al principio se ha metido 8700 del tirón sin quejarse. Ole, ole y ole.

Así que, en números: 8700 encantadores metros, en 59:21. A 6'50"/km. Creo que está muy bien, francamente. Haremos caso a Rafa y en la de Zaragoza saldremos al final: quitamos presión y además iremos más relajados durante los primeros kilómetros. Así evitamos que Ana empiece a zumbarle desde el principio... :)

Muchas gracias primo, porque lo pasamos muy bien: antes, durante y después de la carrera. Ojalá repitamos pronto, con Héctor (perdón, perdón, perdón, que somos unos maleducados y no te invitamos...).

¡Un fuerte abrazo!