el otro día, tras leer tu entrada en el trabajo me encontré motivado, felíz; siento mis piernas agarrotadas, están cargadas de hidratos dispuestos a ser consumidos, a ser expoliados y masacrados. No sé cómo lo haces, pero tienes algo que consigue motivarme; provocas admiración, comprensión, ternura, complicidad, todo al mismo tiempo, no será muy raro, ¿verdad? Hay pocas personas que me transmitan tan "buen rollo"... Bueno, sigo contándote. Me bailan pensando en el recorrido que tengo en mente, el sendero en el bosque y las empinadas cuestas que pienso superar, destrozar, deseo arrancarme todas las espinitas que tengo clavadas de tantas veces que he claudicado ante ellas... Mi imaginación vuela motivándome, acercándome a los kilómetros que quiero hacer esta semana, adivinando cómo mejora la preparación para mi próxima carrera.
Da la hora de salir del trabajo, la gente sale despavorida como alma que lleva el diablo, los sigo de cerca. Cojo mi cartera y mis llaves, termino mi botella de agua y cierro el cajón con llave.
-¿A qué piso vas?- me pregunta una voz femenina en el ascensor.
-Al -1, por supuesto.
Sonrío mientras decido si llevaré música o en esta ocasión escucharé mi corazón y mi respiración luchando por imponerse al cansancio. Despedidas, hasta dentro de 12 horas, arranco el coche y vuelo por el pueblo hacia casa, como muchos otros. Aparco en el garaje y surco los pasillos mientras busco las llaves. Pulso el botón que pone 2 del ascensor... Cada día tarda más... Abro la puerta de casa y la cierro sin mucho cuidado, pienso salir en unos minutos.
Entro al salón a toda pastilla en busca de mis pantalones de correr, cuando de pronto el sofá chaiselongue de 6 plazas se cruza en mi camino. ¡Oh, mierda Manel! ¡Joder, ésto no me lo contaste en tu relato! Trato de esquivar la trampa, salto, me giro, hago un quiebro; me tuerzo un dedo, me salen 4 contracturas en la espalda (¿o esas las tenia ya?), me ha debido golpear en la columna porque mis piernas flaquean. Pero el sofá es experto, está entrenado en las mejores escuelas en la busca y captura de sus víctimas... Y tiene chaiselongue... Veo un hueco cerca de la librería y me lanzo, es mi única salvación. El sofá me intercepta en mitad de mi cabriola. ¡A la mierda! Me ha destrozado, apenas siento mis músculos, esos que querían desinflarse corriendo, apenas se mueven ya... He perdido, doy lástima, qué pena. Pierdo la consciencia y todo se nubla, mis piernas no se quejan, pero Pepito Grillo está tocándome los huevos más que nunca... En ese momento el sofá saca un bote de insecticida caducado y lo rocía con una generosa ración de DDT: adiós Pepito Grillo, adiós, da recuerdos a Michael Jackson si le ves. En mi último pensamiento sólo pude darme una última palmadita en la espalda a pesar de las contracturas: por lo menos no tuve ganas ni de levantarme a por unas patatas fritas. Algo es algo.
Hummmmmmmmmmmmmmmmmmm, a ver...................
ResponderEliminarQue le decimos Manel a este jovenzuelo principiante en estas lides del correr por correr (como dice el gilipollas del Alfonso Ussia).
Voy a pensarmelo antes de decirte algo al respecto Dani, no sea que luego me arrepienta de lo dicho (perdón de lo escrito), que lo escrito escrito queda.
Prometo volver y decir algo coherente al respecto de tu crónica jovenzuelo.
Un abrazo
Jajaja, bueno, en realidad fueron causas ajenas a mi voluntad... Pero me pareció bastante más amena la crónica de lo que ha sido algún que otro día de mi vida runneril... :)
ResponderEliminarVaaaa, que hoy hago más kilómetros, jajaja.
jajajajajajajajajajaja.la chaiselongue es de tela rustica ó de courtisane?.jaja.eso influye mucho a la hora del aterrizaje.que cachondo eres.sin desmerecer para nada tu entrada,creo que manel le da mas emocion a la cosa,el muy jodio se lo curra en plan suspense.un saludo y mañana a correr.
ResponderEliminarDesternillante. Si el sofá se empeña en que no escapes de sus brazos, déjate llevar y quédate tumbado:
ResponderEliminar"Pa' estar de pie, sentao; y pa estar sentao, mejor tumbao"
Jajaja, mardito zofá...tan blandito, tan generoso y acogedor, que todo lo da sin pedir nada a cambio... ¡Que le den a Pepito Grillo! Al fin y al cabo eso también es salud...
ResponderEliminarBaci e abbracci